martes, 4 de diciembre de 2018

Farrapona y Los Beyos: Un fin de semana para recordar. En moto por Asturias




 
  No soy de esas personas que preparan los viajes al milímetro, ni muchísimo menos.

 Más bien todo lo contrario:

 Veo un lugar al que me gustaría ir, cuatro cosas que se puedan ver en la zona, y a partir de ahí diseño una ruta orientativa con carreteras que puedan tener encanto…. 

El resto lo suelo dejar a la aventura.


Pues este fin de semana pasado, Casi, ni eso.


                     Un fin de semana que sabía tener libre desde hace tiempo, pasó del

“Ruta de dos días Seguro… Segurísimo!”      al…       “ Bah!... No sé cómo estará el tiempo”  terminando con un…    “No. Me quedo por aquí… me hago una ruta de un día por la zona… Y fin de semana tranquilito”

Y un Mojón!!!

 Porque el miércoles a las 21:00 suena el “Beeeeep” del whatsapp, con un mensaje de Manu que ponía…

-“Que pasa Jose!!! A dónde vas a ir este finde??”

- “Pues no se…” “Igual me quedo por aquí…” “Si quieres venir…”


                     A las 21:33 estaba mirando para reservar en Cangas de Onís.

    Sábado 05/05/2018 a las 11:00 AM estábamos los dos en Lugo, en un día espectacular para rodar en moto. Delante de un café, y del Google Maps viendo por donde podíamos tirar.

- “ Por dónde vamos??”

- “Por donde quieras”                   

-“Y si…”

-“Ve tu delante”


Fin de la negociación.

Veis lo fácil es entenderse cuando se juntan dos personas a las que les encanta Ir en Moto y No Complicarse la Vida…???

Porque la vida es una Adaptación Constante:

 Unas veces hay que saber disfrutar de los buenos momentos…

       Otras adaptarse y capear los reveses que te van surgiendo con la mayor de las templanzas..

Y  otras…     Es simplemente…. Medir la capacidad aventurera que un@ puede llegar a tener. Saber rodearse de la gente adecuada, y dejarse llevar... Pero con cautela...

      Pequeño tramo de autovía con un poco de tráfico, hasta llegar a una bulliciosa Piedrafita do Cebreiro con su feria, sus peregrinos que van a Santiago de Compostela, y su bajada por la N-VI hacia Vega de Valcarce. Donde nos cruzamos con más  peregrinos, y con algún motero con cierto exceso de celo en una subida con tanta gente.                                                                             
 De ahí a la Isla de Man, un pasito…  En Fin.  


Otro breve tramo de Autovía para esquivar 50´s que hay de camino a Ponferrada, y que nos deja justo en dirección Villablino.

Calor…. Mucho Calor.

13:·30 del mediodía. Vamos de Negro. Equipación de invierno. El sol pega de pleno. ….Espectacular…..

     Nos abrimos paso por el mal señalizado Villablino, dirección Babia y a un precioso Puerto de Somiedo, que deja embelesado a nuestro amigo Manuel. Que nunca lo había visitado, y que yo solamente conozco de pasada.

Salvado por los pelos:

Con la historia de llegar allí, mirar donde comer, que dejo que Manuel marque el camino… y.. Mierda pa mi!!                                                                                                                                   

Nada más comenzar la bajada me despisto, y entro de pleno en la mancha de gravilla que Manuel me terminaba de marcar, salvando muy justo una caída cantada.

Que aunque sea a 40, el asfalto está Muy duro!!!….


El resto de la bajada a Pola de Somiedo con bastante cautela, intentando disfrutar del paisaje y sin sobresaltos.

Parada para echar gasolina en la micro gasolinera del pueblo, y paramos a comer en el Restaurante Carrión, en cuya puerta vimos aparcado un buen puñado de motos.  Y nos metimos para dentro con un hambre de Lobos (yo por lo menos).
 
El ambiente en el restaurante era un tanto frío.
 
Tanto por parte de la comunidad “moteril” a la que costaba un tanto saludar, como de una atareada mesera. Que se afanaba en proveer a los comensales de los productos de la tierra que figuraban en la carta.

           Fabada y Cachopo….        Para2 
 
                                                                                                            
 Si con eso no aguantamos una tarde de moto, que venga Dios y lo vea.

 Con lo goloso que soy yo, no me entraba el postre. Nada más que agregar.

Después de comer, cafetín mientras espero que Manu volviese al puerto a sacar algunas fotos más. Y pasar un rato de agobio buscando las llaves de la moto que me dejé dentro de una maleta antes de comer, al tiempo que me cagaba en lo despistado que puedo llegar a ser.


            La Marcha la reemprendemos camino del que yo veo como uno de los puntos álgidos de este fin de semana:

 A pocos kilómetros de la salida del pueblo dirección Aguasmestas, desvío a la derecha para tomar  una estupenda carretera AS-265 que nos lleva serpenteante primero por un valle junto al río Saliencia, y luego nos encarama en el Alto de la Farrapona.

          
Tremenda Pájara más gorda me entró después de comer.

Con la Fabada, el Cachopo, la modorra de después de comer, el calor plomizo que hacía, y mi respeto a las alturas… y los vídeos que había visto en internet de una subida que no era para tanto. Aunque si tienes miedo a las alturas, alguna de las curvas que hay sin protección te harán poca gracia.
 
 
Di tú, que en las rampas más complicadas se unió la presencia de algún coche poco respetuoso, que cortaba las curvas más cerradas y no me ayudaba nada.

El caso es que se me juntó todo, y la subida se me hizo un mundo, como hacía mucho tiempo que no me pasaba. Y de verdad que no es para tanto, porque la carretera salvo en pequeños tramos, está perfecta y es Preciosa.

    Un par de paradas para disfrutar de las fabulosas vistas, un poco de paciencia por parte del compi, y…. Se termina la carretera.

…. Si. Stop. Fin del Camino…

O mejor dicho del asfalto. Porque, para quien no conozca la zona, una vez coronas el alto, la carretera asfaltada se termina y comienza un sendero ancho y Dicen que con buen firme; que nos llevaría a Torrestío en la Provincia de león.

       Pero nos quedamos con las ganas porque seguía habiendo un poco de nieve, y durante el invierno las máquinas quitanieves paran donde se termina el asfalto.  Justo en el límite con la Provincia de Castilla y León….


                      Allí arriba el ambiente era de lo más agradable, las vistas espectaculares, y el sol pegaba de lo lindo.

Tuvimos la suerte de poder charlar con algunos senderistas, y una pareja de moteros jubilados en su flamante Kawasaki Versys 1000 blanca.
Muy amables ellos, eran de la zona. Por lo que nos dieron cumplida información de lo que podíamos visitar, al tiempo que yo les recomendé  visitar algunas zonas de Galicia que no conocían.

       Tras despedirnos, comenzamos la bajada con muchísimas mejores sensaciones que la subida… jeje:

 Tranquilos y disfrutando del paisaje deshicimos lo andado en camino del puerto, y retomamos la AS-227 donde Manuel marcó un ritmo un poco más fluido valle abajo;  para ir tomando camino del turístico Cangas de Onís.

Siempre bajo los caprichos del Señor Google que nos mandó de excursión por el centro de Oviedo sin tener porqué.                                                                                                                         
Pero disfrutando de un rodar calmado en buena compañía curva va, curva viene.  

En Cangas nos despedimos de ese día ya un poco cansados.

        Cena. Sobremesa con unas cervecitas, y  a dormir.

  Sábado
            El sábado noche mi cabeza era un hervidero de ideas, intentando ver cómo podíamos organizar el día siguiente, de forma que viésemos lo máximo posible, y llegar a Ponferrada a las tres de la tarde.  Manuel había quedado allí con un amigo suyo, que se acervaba para comer con nosotros, y volver ellos dos juntos para casa:

                Y tiempo tuve, mientras terminaba de digerir la fabada del medio día que por allí seguía, y la escueta cena que me había comido.                                                                                                 
El caso era, lo que Siempre me pasa: Que estoy por Guadalajara…. Y me queda Cuenca cerca…. Y una vez que estoy allí me queda el puerto este “al lado”…      y así me tiré un par de horas haciendo cálculos, hasta que el cansancio y el sueño me vencieron.
 

 
 A la mañana del domingo decidimos levantarnos bastante temprano y parar a desayunar por el camino, sin esperar que abriese el comedor del hotel (que no estaba incluido)     
Mientras
montábamos los bártulos en las motos, le fui comentando mis ideas de la noche a un Manuel que no le daban las cuentas.   

Porque a pesar de ser un lanzado de primera, sabe ser un poquito más sensato que yo en determinados momentos.

         Sin entretenernos demasiado, después de repostar gasolina, tomamos camino del Desfiladero de los Beyos por una estrecha y retorcida N-625.

         Mientras la gente se desperezaba y las primeras luces del día terminaban de asomar, nosotros ya estábamos nosotros montados en nuestras motos, curva va, curva viene; por una carretera espectacular.  Rodeados de las impetuosas montañas, que de forma altiva “sacan pecho” mientras escoltan el deambular del el río Sella.

              Esa es la mejor forma que se me ocurre describir un paisaje que tenía muchísimas ganas de estar por allí, y que me ha dejado sin palabras:

Un estrecho túnel verde entre altas montañas, en el que te sientes muy pequeño, pero que no deseas que termine nunca.

Parada para desayunar un suculento bocata de tortilla recién hecha y un café, al tiempo que parrafeábamos como dos cotorras. Unas fotos, y seguimos camino del Puerto del Pontón.                                                                                                                                                                           
En cada parada seguíamos con el tema de la ruta del día: - Que si nos da tiempo a…  -Que si quédate tu, que yo volveré en unos días. – Que no, que me voy contigo. Que me da rabia.

   Y así a lo tonto íbamos subiendo puerto arriba, por una carretera cuyo asfalto no es precisamente la novena maravilla del mundo, pero con buenas curvas y con un paisaje de los que te dejan con la boca abierta.   

                De hecho tengo un amigo que lleva años totalmente obcecado en ir por ahí cada vez que pasa por la zona, hasta el punto de que he querido ir y ver con mis propios ojos que narices tenía aquello para generar en él tal atracción.                                                                            
 
 
Y el caso es que todavía no tengo claro de si es para Tantísimo, porque en Asturias y en los Picos de Europa hay Multitud de lugares sobrecogedores. Pero tengo que reconocerte Miguelito, que después de esta experiencia, me han quedado ganas de volver, y que no tiene nada que envidiar (Si no al revés)  al desfiladero de la Hermida.
 
 

El Pontón era uno de los lugares que más ganas tenía de ver y al final resulta ser el punto de inflexión de esta ruta:

Unas cuantas fotos con la alegría de haber podido llegar a otro de esos lugares marcados en mi agenda, una breve charla, y Manuel toma camino de Ponferrada en solitario             “obligándome” a seguir la ruta que había diseñado en mi cabeza por la noche.

Mientras me hago a la idea de continuar el viaje solo, sigo sacando fotos, y al rato reanudo la marcha puerto abajo  
                                                            
Apenas unos kilómetros más tarde, desvío al a izquierda por la LE-2711 camino de Posada de Valdeón. Carretera secundaria, gastada y quemada por los avatares del clima, que poco o nada  invita a alegrías por su estado y fuertes pendientes….

        Pero a quién le importa eso, cuando tienes delante un paisaje que te rompe los esquemas comparado con lo visto tan solo unos kilómetros atrás. A mí… No.

Tenía mucha razón Manu cuando decía que no hubiésemos llegado para las tres de la tarde a Ponferrada. 

Ni de coña:
 
                                                                
  La carretera es lenta, y más si te encuentras enlatados con poca práctica en ese tipo de vías. De esos que te meten un frenazo cuando no toca porque van con miedo. 


 Cuando esto ocurre y no puedes adelantar de forma segura, no queda más que jo..te, disfrutar del paisaje.

 Aunque recomiendo visitar Posada de Valdeón, reconozco que me ha dejado un tanto frío:
 
Pueblo de montaña con encanto, su belleza se ve ensombrecida al estar rodeada de unos parajes Tan Espectaculares.
Sin pararme demasiado, me han gustado más sus alrededores y su lago, que el pueblo en sí. Pero hay que ir hay que ir si pasas por la zona.

Porque una vez allí, con tiempo o sin él, es un pecado que el motard, motero, motociclista, ciclista, viajero, caminante…  Como si vas en burro. 


Pero no te pierdas Caín de Valdeón!! Ni la senda que allí te lleva paralela casi toda al río Cares.

 

Es un lugar Precioso, Mágico,Imponente.
 
Te va a dar pena que sea tan turístico y no poder  tenerlo un rato para ti sol@. Exactamente lo mismo que pasa con Los Beyos. El poder estar un rato (un mes) allí solo, disfrutando de la Inmensa Paz que transmite…



¡¡“Clack”!!

Y ahora poco… a… poco…. abro los ojos…. y despierto de este breve estado de hipnosis….,  e Intento tomar un poco de ritmo para deshacer el camino, volver a Posada de Valdeón.                                                                                                                                             

  Y de ahí  tomo la LE-2703 que pasando al lado de Santa Marina de Valdeón y su preciosa Iglesia, nos sube y baja un poco a botes por una montaña que ya no ofrece el mismo paisaje.                       
Sigue siendo bonita… pero de otra forma: Ya que cada vez es más agreste, rocosa…. Y Fría.


En Portilla de la Reina toca tomar el desvío a la derecha, incorporándome a la N-621 que baja de mi querido Puerto de San Glorio con dirección Riaño, cuyo embalse, me recibe esplendoroso tras las lluvias y las nieves caídas el pasado invierno, muy lejos del paisaje yermo y seco que vi el junio pasado cuando iba camino de San Glorio.                                                                                                                        
Esta vez voy en sentido contrario, dudando si tomar camino directo a Ponferrada y llegar al café con Manuel y su amigo, ó por el contrario….

Lo veis????

        Que no!!!! Que…
Que soy incorregible!!!
            Que no lo puedo evitar….
Que me monto en la moto…. Y ….   Me pueden las ganas de ver cosas, y volver a lugares que tenía olvidados, que se juntan con los que me quedan por ver.

Siempre es igual. Siempre termino cayendo en la tentación de hacer más y más kilómetros, como si temiese no poder volver.

                Incremento algo el ritmo, para tomar rumbo a…. a…. 

A que un imán llamado Puerto de Pajares, irrumpa en mi mente y me atraiga hacia él con su inexorable encanto. Obligándome a hacer 60km demás para no obligarme a modificar la ruta de vuelta.

    
Dentro de lo “malo” la verdad es que tengo suerte. De vuelta de Pajares, a eso de las 4 de la tarde, me entra el hambre, y paro en una pequeña gasolinera con cafetería en el término de Villamanín.
                                                   
 No digo más:

Bocata de chorizo picante de la zona con queso y una coca cola por 4´80= Comida de reyes, servido por una camarera de lo más agradable.  Y ya puestos, hay que gastar un poquito más, y meter un poco de sobrecargo en la maleta, en forma de embutidos de la zona.
  
Justo allí al lado tomo desvío hacia Aralla: Un puerto Bonito de Verdad.          
Corto pero estrecho. Retorcido pero bien asfaltado....   
Que nos llevará contemplando las luces de la tarde sobre el Embalse de los Barrios de Luna, y de ahí por Babia hacia Villablino.                                                                                                  

Es uno de esos lugares que había descubierto en una vida pasada, escudriñando curvas en el mapa para meterlas en alguna ruta de camino a no sé donde (Por cierto… Muy parecida a esta) y con Dos Buenos Amigos.



                    Sin más historia os digo que llegué a Verín a las 9 y pico de la noche, con casi 14 horas de viaje, y cerca de 800kms en ese día. Que junto a los 500 y pico del día anterior dan….

 
Para un Fin de semana Mu Loco, que ha llenado mi retina de lugares preciosos que Jamás olvidaré.

                                  

 Y no lo olvidéis….!!!:

               Lo Imposible….    Tarda Sólo un poco más 😉

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4 comentarios:

  1. Un finde motero de este calado no se olvida fácilmente Manu.... con esa rutaza y la compañía de un motero incansable,no digo más....
    Buen relato amigo Manu,aunque para mí con muy pocas fotos de esos paraísos.
    Saludos camarada!!!

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    Respuestas
    1. jajajaja!! Muchas Gracias! Tengo que ponerme con el tema recursos gráficos y presentaciones, para poder conjugar la parte gráfica con los textos que para mí son muy importantes. Un Abrazo!!

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  2. Fabada y Cachopo!!

    Eso es para gente que trabaja 16 horas. No para gente que se pasa 16 horas sentado en moto... jajajaja ni haciendo la ruta del Cares dos veces lo gastas jajajaja

    Los Beyos no tienen nada que envidiar a La Hermida y con más cosas que ver a su alrededor.

    Vss

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  3. Paco!!! Que los gallegos cuando nos ponemos a comer... medidas pocas!!! jajaja O no ves la cantidad de fiestas gastronómicas que hay cada año en Galicia?? Los Beyos es Espectacular, y con mil carreteras para disfrutar a su alrededor. Me Encanta. Un Abrazo!!

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