¡¡Buenas familia!!
¿¿Como va todo??
¿¿Como se presenta el Puente??
Hoy Inauguramos una nueva sección de Relatos Moteros en colaboración con un buen amigo que muchos concéis: Ramón Parreño.
Escritor y Motero Valenciano, tiene publicadas dos novelas: En Tiempo de Carretera y Camino a Loh. Además recientemente ha inaugurado su propio Blog en el que publica pequeños relatos.
Con todo ha sacado tiempo para colaborar con El Motero Motero Redimido y aportar algunas de sus historias un toque literario del que muchas veces adolecen.
En este caso ha tomado una de esas crónicas largas una tanto aburridas, y le ha cambiado totalmente el registro. Personalmente me he reído un montón al leerla, recordando las peripecias de uno de esos días en los que me caliento Mucho haciendo las rutas...😅
Un Laaaaaaargo día de Ruta. Por Cantabria
El chaval no se olía la tostada todavía, mantenía la taza de café en la mano lejos de saber lo que le esperaba aquel día que venía de camino.
Envuelto en la tranquilidad acogedora que le brindaba el comedor del hotel trascurría el alba de aquella aldea de costa cántabra con ciertas dosis de aventura y un punto de inconsciencia.
Por unos segundos echó en falta la compañía de otros motoristas amigos, pero a veces “más vale solo…” se dijo antes de salir con la “chuleta” de la ruta preparada por el inefable Paco, un viejo amigo que pareció volverse loco poniendo puertos de montaña, como sí los regalaran. A él en un principio le pareció que eran demasiados hitos por recorrer pero al muchacho le iba la marcha así que quejándose mentalmente con la boca pequeña inició la marcha.
Cuando el resto de huéspedes comenzaban a trajinar él arrancaba entre brumas matinales incorporándose a una carretera que contaba con más tráfico del esperado, miró el reloj pasaban de las 9.
Por si fuera poco ayer llegó con la reserva de la moto muy apurada así que debía repostar inmediatamente. El primer ¡Ay! del día. Buscar una gasolinera cercana.
Lo hizo, con la moto renqueante entró sin gasolina tras sortear la multitud de “andarines de cuneta” y sorprendido tras ver la dependienta con más pinta de ama de casa que de expendedora de combustible y el deje de su voz hacía pensar en anuncios de fabada y madreñas, aquello era el preludio de lo que encontraría en aquellas carreteras de Cantabria.
Con más tacto que un pianista nuestro amigo el motorista circulaba por aquel camino sin señalizar como si tuviera que redimirse de algo. A veces con el “pito-pito colorito” mental y otras tirando mano de la intuición en cruces y desvíos, pareciendo estar en un concurso televisivo.
Milagrosamente apareció en la A-8, y allí se puso el chubasquero.
El gris del día amenazaba agua llegando a Los Tornos y en eso él entendía como buen gallego, mala combinación: asfalto mojado y mucho tráfico… se le erizaron las crines poniéndose en guardia y extremando toda precaución y quién dijo miedo. A mal tiempo buena cara y “p’alante”.
Al llegar a Bercedo se dirigió al Puerto de las Estacas de Trueba via Espinosa de los Monteros, bonitos paisajes de todas las tonalidades verde sobre gris. Carreteras de 5ª categoría con los mantenimientos y las señales escasos como el salpicadero de un Seat Panda que no le permitían un encantarse recreando la mirada en el paisaje.
Dos Hondas África Twin de subida le saludaron al verse, paró en mirador por unos instantes, el paisaje lo valía y la bajada tan espectacular le hacía sentir que formaba parte de él haciéndole olvidar el frío y aquella luz grisácea que inundaba todo.
Al llegar a Vega de Pas junto al Río Yera tuvo la conclusión de que había asistido a las mejores imágenes registradas por sus retinas en toda su vida hasta aquel momento.
En esas andaba cuando va y se equivoca saltándose un desvío y uno de los puertos por ende teniendo que ir hasta Reinosa que ya conocía de sobra tras atravesar el Puerto del Escudo por la N-232. El segundo ¡Ay! de la jornada.
Miró nuevamente el reloj de la moto mala cosa esta de llevarlo ahí, estresa bastante cuando uno va con prisas, — ¡Las tres y pico! —Se dijo en voz alta— ¡Menudas horas y sin comer!
Los lugares donde llenar el estómago llenos de gentes y entonces cayó en la cuenta de que es viernes y que seguro que ese es el motivo de afluencia del personal.
Máxima del motorista: por mucho parroquiano que aflore en el mesón siempre habrá otro más adelante que satisfaga las expectativas.
Así fue: bocadillo del 12, cerveza y café como ponía en le cartel de afuera.
Con el buche lleno y en la moto nuevamente echó un vistazo al “cuenta tiempo” estaba viajando a su aire y había quedado con Jose un amigo y seguía rodando libremente aquello no pintaba bien y las prisas son malas consejeras. Tras un suspiro salió como alma que se lleva el diablo rumbo a La Palombera por la CA-280 carretera esta con demasiado tránsito en fin de semana, turistas de fin de semana y desconocimiento del conductor, la carretera ideal para las prisas. En la cima sol y rebaños de coches, personas y vacas conviviendo en total armonía. Lo bajó pensando en aquella gente que abandonaba las apreturas de la urbe para volver a apelotonarse en la cima de un puerto de montaña.
Teniendo en cuenta su desconocimiento de la ruta, la altura y los precipicios, el firme mojado y las cagadas vacunas el disfrute fue contenido. Paró brevemente a la ineludible visita al Monumento al Corzo en aquel mirador que el encantaba y continuó, bajo el casco la sonrisa iba en aumento (como su ritmo) a medida que las curvas se sucedían. Cuando llegó al valle volvió a echar un vistazo al reloj y pensó en lo que intentaba evitar… dejarse la ruta a medias. Daba por hecho que podía llegar a Cangas de Narcea a las 22 horas, una y otra vez repasaba mentalmente la ruta, había una posibilidad de llevarlo a cabo.
Debería cortar y volver a la cómoda A- 8 para llegar con tiempo a su cita. Pero continuó por las curvas.
Una nueva llamada a su amigo Jose y al decirle dónde encontraba en aquel instante le recriminó que no llegaría a tiempo, — ¡Hombre de poca fe! — pensó al colgar.
El día avanzaba, y continuó a un buen ritmo por la CA-182/282 por Puentenansa-Collau Jozalva-Collau Joz, carretera esta estrecha pero con un firme aceptable; bajó sus rampas-trampas de Joz hasta La Hermida bastante tenso. Las prisas le estaban haciendo adelantar coches asumiendo riesgos innecesarios, como podía colocándose detrás hasta que le daban paso, alguno se lo puso difícil. Otro ¡Ay! a la colección.
Por suerte llegó intacto al susodicho Alto de la Hermida atacado de vehículos de 4 ruedas, no paró. Al llegar a Panes se dirigió presto a las Arenas por una carretera sacada de un videojuego a la que únicamente faltaban francotiradores.
Se le presentó otra opción de recorte “autoviario” en Unquera que desestimó llegando a Las Arenas con el depósito de gasolina más seco que el ojo de un tuerto, hacía que le entró la reserva unos 70 kilómetros desde Jozalba y aquello era estirar mucho, se iba a parar de un momento a otro… el ¡Ay! era extenso y agónico esta vez. Entrando en la gasolinera con la moto a trompicones al punto de pararse. Echó a faltar algún grupo haciéndole la ola por la gesta.
Mientras repostaba nueva mirada y las 19 horas pasadas le hicieron llamar al tal Jose que enfadado le contestaba y él cansado… y feliz. Cargado una vez ya de gasolina y calculando los 190 kilómetros que le separaban de su amigo cabreado se dijo que podía llegar.
Sin tener idea de las carreteras, de noche, sin G.P.S. justo de tiempo y con prisa, este fue el ¡Ay! más grande de todo el viaje. Perdió 30 minutos preciosos en varias equivocaciones al desconocer el tramo de Grado a Cangas de Narcea, entrando en la población a las 22.15 horas y sorprendiendo al tal Jose y otro amigo que le acompañaba los que le esperaban para cenar, teniendo que sentarse a la mesa con el traje de “guerra” y el hartazgo de curvas de toda clase.
Al final la balanza se declinó para el lado de la genialidad y todo salió bien.
Gracias por darme la oportunidad de poder llevar a cabo esta conversión literaria... pero era bueno como reto, tan sólo habiendo leído un par de veces el texto de la entrada del Motero Redimido y plasmarlo en tercera persona y con unas vises más de tertulia entre colegas.
ResponderEliminarContento de haber logrado sacarte una sonrisa.
Gracias nuevamente.
Gracias a tí Ramontxu!!! Eres un Crack!!!
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