jueves, 26 de julio de 2018

Rutas en moto: "El Banco más Bonito del Mundo" . La Coruña. Galicia


             
VISITANDO EL BANCO MÁS BONITO DEL MUNDO
         
          De un tiempo a esta parte en que puedo pensar con calma y ver las cosas desde diferentes ángulos, cada vez creo con más firmeza en la teoría de que: 

“Las cosas siempre pasan por algo”

Aunque la interrelación entre unos  acontecimientos y otros, no siempre  se manifieste de forma nítida.

                                                                                                                                                      
Pero el caso de este “The Best Bank of de World” me ha llamado profundamente la atención.
 
Porque en él  podéis ver con total claridad como un cúmulo de sucesos, circunstancias y casualidades se juntan para que uno de los tantos y preciosos rincones de la costa gallega se convierta en no mucho tiempo en un reclamo turístico de fama internacional:

Un banco que su autor dice haber pedido al ayuntamiento para que sus hijos adolescentes y sus amigos dejasen de sentarse en las rocas del acantilado (supongo que por seguridad)

Una Transcripción un tanto pintoresca hecha en el banco, por (he podido leer por ahí)
unos turistas escoceses “The best  bank of de world” que se hace viral porque en la traducción literal al castellano, el Banco no es el de sentarse, si no el del dinero.

(A mí me hace recordar el “Relaxing Cup of Café con Leche” de la famosa alcaldesa de Madrid)

Y  Una Espectacular e Impresionante Composición nocturna del  fotógrafo Dani Caxete  que le hace ganar un premio de fama internacional, entre fotos de 54 países.

Pues todo esto comenzó en  2009, yo lo tengo a escasas 2 horas en moto desde mi casa, y todavía no había ido a verlo hasta este jueves pasado.
              
Manuel y yo llevábamos unas semanas intentando coincidir para dar una vuelta y tomar un café, en un continuo quiero y no puedo.    Él arreglando sus cosas, y yo pegándome con el mundo como siempre.

El jueves tarde, mal y arrastro conseguimos sacar unas horitas (pocas) y darnos un paseo en las motos.
Salgo de casa pillado de tiempo para encontrarme con Manuel en Neda, al ladito de Ferrol. Y cuando nos encontramos, nos ponemos en marcha con el único objetivo de:
Ir a Loiba, Tomar un Café, y volver de vuelta al lugar de partida. Sin prisa, pero con las pausas justas.

                La tarde era perfecta para rodar en moto:  

Sol, carreteras limpias y secas. Y un ligero viento que no molestaba y que a cambio no permitía que el calorcillo fuese agobiante.

                               La AC-862 es una Muy Buena carretera para ir en moto.
Apta para los amantes de las fuertes inclinadas, es una carretera tirando a rapidilla. El asfalto es bueno, las curvas son constantes y variadas. El paisaje por zonas vale bastante la pena para recrearse, y en otras te puedes olvidar totalmente  de él para centrarte en las Curvas.
Aunque Ojo con las zonas urbanas (que las hay) y con los radares (incluido uno fijo de esos de farola).  Por lo demás, disfrute total!!!!!

                El día era bueno,  me encuentro bastante suelto, y tenía Muchas ganas de rodar en moto. A la ida el recorrido fue tranquilo aunque con un poco de tráfico. Tomando el pulso a una carretera que no recorría en ese sentido desde hacía bastante tiempo… Pero Agradable y con buenas sensaciones.

                               Los accesos al Banco desde la AC-862 están bien señalizados y te llevan al lugar por una estrecha e irregular carretera, que se despeja al llegar a los acantilados y convirtiéndose en pista de gravilla.

No os voy a mentir:

Para mi queda un poco desangelado el entorno de Los Bancos (porque ahora son dos. Separados entre sí, y con orientaciones diferentes) por el  llano y totalmente despejado descampado que te encuentras nada más llegar. Pedregoso… marrón…

                               
 Pero absolutamente todo cambia cuando llegas al lado de ambos bancos, porque las vistas son Impresionantes y muy amplias. Puedes divisar desde la zona de Bares hasta Cabo Ortegal.
                Acantilados imponentes, cortados, afilados daban paso a un mar manso y tranquilo en este día. Nada que ver con lo colérico y rabioso que puede llegar a ser durante los largos temporales que han labrado estas costas durante miles de años.
La luz de la tarde era agradable, pero incómoda para hacer fotos; mientras veíamos  como varias personas y parejas iban y venían del lugar en un ambiente en el que reinaba el silencio y el recogimiento. Algunas desde el chiringuito de turno, que tampoco falta. Aunque he de decir que se encuentra bastante integrado en el medio.
                                      
Tras una corta visita, nos subimos en las motos con la promesa de hacer una ruta completa por una zona que cuenta con unos cuantos miradores para visitar, y múltiples opciones para divertidas rutas.

Salimos ahora por un pequeño tramo de pista que nos sumerge en el bosque colindante a los acantilados, y que nos devuelve a la carretera, para volver sobre nuestras huellas.

En el centro de Ortigueira  nos desviamos hacia su puerto y su preciosa alameda; para sentarnos al sol en una de sus terrazas frecuentadas por moteros  los fines de semana, disfrutar de un cafetín y de la vuelta.
Con menos tráfico, con un poco más de vidilla en algunos tramos, pero que nos supo muy a poco.
                                                            
A  día de hoy, y después de haber visto algunos (no muchos) lugares realmente espectaculares,  sigo sin poder decir con total honestidad si ese Banco que ha llegado a ser tan famoso por un cúmulo de casualidades, hace honor a su nombre…

                Siendo gallego…. Que os voy a decir… jejeje

                                                                                

1 comentario:

  1. Hei compi, non me dera conta de seguir o blog....acabo de velo no face

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