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jueves, 25 de octubre de 2018

En moto, de la costa de Cantabria al interior de Asturias. Va una de curvas!!!

Isla:
Una aldea situada en una esquinita de la costa cántabra. En un amanecer fresco, de esos que siguen a los días de lluvia.

Me levanto un tanto entumecido por la mojadura del día anterior. Y bajo a desayunar, al comedor vacío de un hotel en calma pese a estar casi lleno.

Allí, delante de un café, no dejaba de pensar en el día que tenía por delante:

Una de esas jornadas de moto memorables, por carreteras para mí desconocidas, en las que sabía que iba a disfrutar tanto, que me daba hasta pena hacerlo en solitario.

Desde el primer momento en que desperté, el día me olía a aventura y diversión.

Sabía que la ruta que me había preparado Paco sería (como poco) entretenida, aunque confiaba en que no se hubiese calentado en exceso con los puertos, dado que al día siguiente me esperaba otro de mis pequeños retos personales;  con una ruta igual de exigente… O Más….

Entre unas y otras, salí algo más tarde de lo que pensaba. Casi siempre me pasa cuando salgo de ruta solo: al no tener a nadie a quien hacer esperar, me despisto y …
Arranco la moto algo más tarde de las nueve, en medio de la bruma de la mañana, y por una carretera con más actividad de la que esperaba.

Lo primero era repostar (que el día anterior casi no llego). Camino de la gasolinera, me cruzo a unos cuantos paseantes ya de regreso de su caminata matutina; en la gasolinera, una señora mayor, muy peculiar y agradable. A la que por su aspecto y su forma de hablar (de gente de mar de toda la vida), le pegaban más un mandil y un pañuelo en la cabeza; que el uniforme de la gasolinera. Me encantó aquella señora!!
                Lo siguiente sería salir de aquel lugar bucólico y tranquilo, por un laberinto de carreteras y cruces tan “bien” señalizado como de costumbre.

Y me costó un ratillo, hasta el punto de que cuando vi el cartel de la A-8, fue casi como ver la luz (ya iba a decir una burrada)

Cuanto me arrepentí de no haber pagado 15€ más por dormir….

La primera parada, nada más salir de la A-8 para poner el chubasquero y ponerme a rezar. La N-629 camino a Los Tornos estaba mojada y concurrida, pero iba con muchas ganas, e intentando comenzar con ritmo y sin perderme más.

El día estaba feo como el demonio, la predicción meteorológica era dudosa, aunque (según decía) mejoraría con el transcurso de la jornada.


En Bercedo  abandono la nacional, camino de Espinosa de los Monteros, y de ahí al Puerto de las Estacas de Trueba. Una zona de paisajes pedregosos y agrestes, pero con mucha vida:

La que dan las gentes que  viven del pastoreo, de la ganadería y del turismo. Aquí hay un Auténtico filón de carreteras gastadas y puertos de montaña medio olvidados para rodar en moto, y disfrutar muchísimo del paisaje.
Pese al día que hace, no soy el único que ruedo por aquí:

          En las Estacas me cruzo con dos África Twin cuyos motores había escuchado bramar desde lejos. Y en un mirador, ya en plena bajada, con una pareja de extranjeros que alucinaban (al igual que yo) con el paisaje, a lomos de sus motos.
Yo los saludaba y proseguía el descenso mientras el paisaje frío de la montaña se iba tiñendo muuuy lentamente de un verde tan intenso, que por momentos crees que lo han pintado; como si de un cuadro se tratase.

Aquel lugar, desde aquella perspectiva, hacía que el cuadro pareciese no tener fin.

Aquel contraste de colores.

Aquel día gris y frío.

Todo se conjugaba para que pueda decir que ha sido la mejor imagen de este viaje,

 y uno de los paisajes de montaña más bonitos que recuerdo.


Tras esto, larga bajada camino de Vega de Pas acompañando al Río Yera.

Ese es el primer punto de la ruta donde meto la pata, y me salto involuntariamente un puerto de los que tenía marcados (el de la Matanela) al no hacer caso de un desvío que vi un tanto raro y estrecho. 


Y al darme cuenta de mi error tuve  que recalcular, y tomar la N-232 por el Puerto  del

Escudo. Camino de un desbordante y luminoso Embalse del Ebro, y de una Reinosa ya conocida.         


Eran las tres y pico, y todavía no había comido.

Pero tampoco es que tuviese demasiadas ganas de meterme a buscar mesa en uno de los aquel día atestados restaurantes de Reinosa.

                         ….Joer! Y ahora que lo pienso…. Aquel día era viernes….

Pues yo os juro que en aquel momento, pensaba que era domingo, viendo la imagen de los restaurantes llenos y la falta de actividad de gente trabajando.

Sería festivo???                       
No sé. El caso es que tuve bastante suerte, y de camino me encontré con el clásico bar

de pueblo, con la frase “Se hacen bocadillos de embutido” pintada en una pizarra.

Ya está! Caña, un bocata contundente, y café al canto.

                Pero todo el rato estaba pendiente del reloj:

Aquel día tenía que llegar Sí o Sí a Cangas del Narcea, donde al día siguiente asistiría a la Moto Ruta Puertos del Occidente de Asturias. (Ole con el nombre)

Había salido con el tiempo bastante justo para hacer aquella ruta, y con el transcurso del día la cosa se iba apretando por momentos.
Cuarenta minutos de parada, y arranqué “como las balas” por la CA-280 camino del Puerto de Palombera.

Bastante dominguero… digo… turista por aquellos lares, más centrado en el paisaje que en conducir (la ley del P… Murphy)

Aunque no me quería obcecar más de la cuenta….Que me conozco cuando llevo prisa.

Mi intención era ir bien, con ritmo, ver cosas y no llevarme sustos en carreteras que no conocía.

La cima del Puerto de Palombera me la encontré bastante concurrida. Había gente disfrutando del sol y del calor del mediodía, y un rebaño de vacas curiosas se acercaba a saludarnos y a beber de los charcos. De hecho el rebaño era bastante grande y venía desparramado en grupos. Con lo que me obligó a parar poco y evitar un posible atasco.

¡¡¡¡¡Que viene el toro!!!!... Ay madre!!!!

…o era una vaca…

                               La bajada bien, Gracias:

Larga. Imponente y espectacular en el paisaje. Pero complicada por una carretera algo irregular, y sobre todo húmeda y llena de boñigas que me hacían estar muy alerta. Pero me encantó hasta el punto, que me encontraba muy bien en un medio (las alturas y las carreteras con cortados) que no es el mío, pero en el que comienzo a disfrutar por momentos.
   

  

Vale la pena insistir en trabajar esos miedos tontos que nos limitan la vida.

      
     Parada ineludible en el Monumento al Corzo, y voy tomando ritmo y confianza para lo que me queda de tarde.  Disfruto como un enano por una carretera que zigzaguea entre parajes  Verdes, Húmedos…Vivos.
Pequeñas rectas y curvas picudas que se atenúan cuando la carretera se encuentra con el río Saja y se acerca al valle.
 Llegada a Valle, y hago una breve parada para descansar y meditar la jugada:

Son las cinco y pico, y tengo que llegar a las 22:00 en Cangas para cenar…

¡¡¡Si Señor!!!

Hay que tomar una decisión:

Abortar ruta, buscar el amparo de la A-8  y llegar sobrado para cenar…. o …

Seguir y recortar más adelante. Dado que me faltaba un tramo que no conocía, y que me apetecía muchísimo hacer.

Jose, un amiguete que me esperaba  en Cangas, me dice que no llego. Lo ve chungo… Negro.

A él no le dan las cuentas, y a mi Muy justas. De hecho, por un momento le miento un poquillo sobre dónde estoy, para que esté más tranquilo.
          
He venido a jugar, y tengo más Fe que Jose…. Jijiji

Sé que es una inmensa tontería hacer estas cosas, pero de vez en cuando meterte en un pequeño lío que podías haber evitado fácilmente, también te da vidilla. Y en este caso, hizo que me riese y me acelerase a partes iguales… Pero me ponía tanto hacerla…

Mientras veía como el sol comenzaba a caer, allí (en Valle) giro a la izquierda para tomar la CA-182/282 por Puentenansa- Colláu  Jozalva – Colláu Joz. 
    
Un puntiiiito más al ritmo… en este tramo es tan bonito como cansado. Un sube y baja por una carretera buena pero estrecha entre montañas.



Y qué me decís de la bajada desde el Collau Joz a  La Hermida????Tremendas rampas!!!

Eso a, estas alturas del día, es para agarrarse a la moto….

                Y más vas con prisa. Intentando remontar entre coches en las pocas zonas de adelantamiento que había.

Hasta el punto que, cada vez que veía una, me pegaba como una lapa al coche de turno,  metiendo un poquiiiito de presión para que me dejase pasar. Porque me cansaba más ir despacio cargado y frenando, que soltar la moto y dejarme ir. Y salvo el último (un Ford Focus blanco), todos tuvieron piedad de mí, y me fueron dejando pasar.
 
                            Desde ahí casi todo carretera conocida:

Intenté pasar con la mayor de las celeridades una Hermida llena de coches, y en  Panes tomo dirección a Las Arenas por Esa carretera que …. Pfffffffffffff!…  ( me entendéis, no?)

Y desechar la opción que me quedaba de recortar por Autovía desde Unquera.


Llegué a Las Arenas regulando y por los pelos. Porque llevaba en reserva desde el del Colláu de Jozalba. Tras sesenta kilómetros durillos y con la moto cargada, entraba a tirones en la gasolinera.  Oooole……

Las siete de la tarde. Jose negro perdido, y yo comenzando a notar el cansancio del día.…

                                       “Donde andas?? Que no llegas….!”

Tras repostar la moto y yo, faltaban Aún ciento noventa kilómetros que no fueron del tirón… pero casi. Los hice volando bajo, mirando para la carretera….intentando no perderme… y no ganarme una multa más grande de la cuenta.


Y lo hice de coña para no llevar GPS. Lástima de los 20 minutos que perdí por no tener clara la salida de la Autovía, y casi otros diez  por ir de noche y no conocer la carretera de Grado a Cangas.


    Al final llegué a las 22:15 a Cangas del Narcea ante la atónita mirada de  Jose y Ezna  que ya no contaban conmigo. Y me fui directito, derrotado y to guarro a la cena (que por suerte que iba con retraso) después de una  Gran docena de horas en moto y muchíiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiisimas curvas.

Y aún así me lo pasé Genial con un motón de gente desconocida… Y alguna que no lo era tanto.


                               
  Pero eso es otra historia….

Lo Imposible tarda Sólo un Poco Más… jejeje

Aquí os dejo el enlace de la ruta:
https://goo.gl/maps/nf7Wt2x6tRx

¡¡¡¡¡Lo Imposible Tarda Sólo un Poco Más!!!!

Espero que os haya gustado

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viernes, 19 de octubre de 2018

La maldita Laverda. (By Ramón Parreño Moreno)

Hoy hace cinco días que desperté. Médicos, enfermería, celadores y personal del hospital e incluso otros enfermos y visitantes están maravillados con ello, vienen a curiosear, tengo la sensación de de ser una atracción circense.
Todo está tan cambiado que estoy confuso.
Las personas visten como si fueran a las olimpiadas, casi nadie lleva el pelo largo, todo el mundo lleva una cajita cuadrada y se pasan horas y horas mirándola (me he enterado que son teléfonos). En la habitación hay un televisor que parece una pizarra, lo curioso es que es en colores y tiene más de dos canales, ahí me enteré que la selección de fútbol fué campeona del mundo gracias a un gol de uno de Albacete.
No permiten fumar en las habitaciones, ni en todo el hospital, envié a comprar un paquete de Bisonte a alguien y al poco me devolvió el dinero decía que no existía ese tabaco, ni había encontrado un estanco y que fumar mata
Luego está la comida, me aconsejan que tengo que cuidar el colesterol y los triglicéridos (esto no se lo qué es) que no me conviene comerme un plato de fabada y menos acompañarla con un buen vaso de vino tinto, el alcohol perjudica mi salud.
Me asomo a la ventana y veo coches y motos que no hacen ruido, son eléctricos me cuentan, como unos extraños patines que van a todo trapo por las aceras. Vivir para ver.
Entonces me viene el recuerdo de como llegué hasta aquí:
Subido en mi Laverda Jota 1000 llevaba un pique con mi amigo Carlos que a lomos de su Ducati GT 750 no me ponía fácil la subida del puerto, la moto no se dejaba meter en curvas aquel maldito chasis se retorcía como el rabo de una lagartija cortado y ni las suspensiones ayudaban, ni las ruedas... encima habían unas cervezas en juego.
Le consigo adelantar en una curva por el interior no sé ni cómo, y a la salida de la misma me encuentro un renqueante camión Barreiros que subía lentamente seguro que cargado aquella rampa, intento en décimas de segundo adelantarlo y me encuentro de frente un Seat 600 del cual aún me parece estar viendo la expresión de asombro del matrimonio que viajaba en él. Es curioso lo que la memoria atrapa y los detalles que deja ir.
Anoche vi una película dónde un muchacho con un coche plateado se marcha al pasado para arreglar sus problemas en el presente. Estoy maquinado un experimento similar aunque casi es más magia negra que otra cosa, no se si hacerlo... pero como me han dicho: -Eso de la película no existe.
Entonces he pensado en revivir la escena, pero ni encuentro los vehículos y mi amigo Carlos creo que tampoco se presta a ello.
Con poco ánimo para enfrentarme a tal empresa me encamino con la silla de ruedas a la cafetería del hospital. Una vez allí me vengo arriba y le hago cumplir al encargado su ofrecimiento de "lo que hiciera falta" el día de mi despertar.
-¡Un gin-tonic!- le digo con voz de barítono y la convicción de que un lingotazo me ayudará a verlo todo de otra forma.
El hombre medio a escondidas aparpece con una copa del tamaño del globo terráqueo que tenía de niño, dentro con el limón y media docena de cubitos de hielo flotaban unas cosas indeterminadas de diversos colores y formas de origen vegetal.
Asombrado le pregunto qué es aquel proyecto de gazpacho andaluz.
Me responde con sarcasmo: -¡Son botánicos!
Tras unos segundos sin saber que decir, solo salió por mi boca:
-¡Maldita Laverda!

miércoles, 10 de octubre de 2018

Ramón y Merche



    


        Ramón Parreño es una de esas personas que de vez en cuando te regalan las redes sociales. Una de tantas que conoces por casualidad; porque un día te llega una solicitud de amistad de alguien que no conoces. Porque te ha visto por algún lado, o te ha leído y le ha picado la curiosidad de:
“A ver si el fulano este es de verdad, o se está montando el papelón de su vida…”

Pero un buen día nos pusimos a hablar

“Creo que de tu libro no, Ramón???. O fue de mi accidente….”

El caso es que la conversación fluyó, y mucho. Y al cabo de unas cuantas de estas, vi que no era un escritor más promocionando su nuevo libro, si no alguien que mostraba sus opiniones con respeto y educación.

                        Tenía ganas de conocerte en persona, y de ponerte voz:

Esas han sido las dos cosas que más me han impulsado a hacer una parada en mi viaje de este año. Eso y darle un aire diferente. Aprovechar el tiempo de otra manera. Charlar sin prisas.

Conocer a la persona, porque el escritor no lo he visto.
Simplemente he visto a un viejo roquero, con muchas cosas vividas, y con ganas de contar historias (quien sabe si todas ficticias). Que sabe sobreponerse a sus “cosillas” y Vivir con positividad. Amante de las cosas pequeñas de la vida.
Con ese tono de voz macarrilla, pero tranquilo y conciliador; que transmite paz.  Conformista… a medias. Luchador hasta la extenuación.

            Sabes que es lo que me llevo de aquella charla??

-Que con nuestras “cosas” no es sólo luchar, si  también saber adaptarse. O de lo contrario acabarán contigo antes de tiempo.

                       
       Y como en toda pareja siempre tiene que haber un contrapunto,
Ahí está Merche:

       Merche es más callada que Ramón, más nerviosa que Ramón, más motera que Ramón, pero igual de agradable.
Una tía que transmite seriedad, y un punto más de distancia. Pero al mismo tiempo es amable y cercana.

Charlé con ella de motos y trastos para ellas, tanto o más que con Ramón.
Ella ha sido la encargada de equipar V-Storm de manera sencilla pero eficiente para su viaje a dúo de este año.
Él prefiere meterse en sus libros, disfrutar de la carretera, y dejarse llevar por Merche en esas cosas.


Sea cual sea Su Historia, son el complemento perfecto uno del otro.
           

Mi encuentro con Ramón y Merche ha sucedido en medio de nuestros viajes.
Y el suyo tiene muchísimo mérito. Porque dicen que lo disfrutaron pese a que las tormentas les perseguían día sí, día también. Tanto daba que fuesen por el centro, que por el norte, que meterse en autovía para escapar rápido… Ellos han terminado mojados todos los días….
Y a lo tonto, se han recorrido un tercio de España en poquísimo tiempo.

Qué Moral Tenéis... jejeje.


Me Alegro Muchísimo de haberos conocido, y estoy segurísimo de que este es sólo el primero de nuestros encuentros. Porque como os prometí, iré por Burjassot en cuanto tenga oportunidad.

                                   Un Abrazo a Ambos, y Recordad:

Lo Imposible tarda Sólo un Poco Más.